Silencio, callemos por un instante
Oigamos el latido en nuestro pecho
Que por un momento se detiene tan radiante
A llorar las penas de este mundo tan estrecho.
Silencio, oigamos el bramido de las aguas
Que nos llaman a ofrecer nuestros inciensos
Para ser tan sinceros como en pascuas
Para saber crear en nosotros el silencio.
Por fin atendimos al llamado
Que ha hecho un caminante fatigado
Que ha recorrido el presente y el pasado.
Hemos callado para ser por fin librados
De este sendero que nos ha apesadumbrado
Y oiremos el llamado de aquel caminante fatigado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario